Desde Buenos Aires, donde aprovechamos para ver otro show de tango, nos dirigimos a la ciudad de Puerto Iguazú, tan sólo 16 horas y media en bus que se nos pasaron volando. Esta es la base para visitar el Parque Nacional de Iguazú que alberga las famosas cataratas. En cierto sentido puede decirse que dejamos lo mejor para el final, ya que las cataratas son un majestuoso espéctaculo de la naturaleza que supera todo lo imaginable. Pasamos dos días visitando el parque nacional en argentina y otro día en Brasil. El lado argentino es mucho más grande, con 4 kms de pasarelas que permiten acercarse bastante a muchas de las cataratas y era sin duda el más concurrido, con una enorme cantidad de gente. El lado brasileño es más pequeño, sólo 1 km de pasarelas y éstas únicamente abarcan el brazo superior del río Iguazú, o sea la mitad de las cataratas. Quiza por ello sea menos visitado, pero es un error, pues las vistas desde el lado brasileño son, si cabe, aún más expectaculares. Además, es posible tomar un viaje en helicóptero que sobrevuela las cataratas, una experiencia inolvidable.
Con Iguazú hemos dado fin a nuestra aventura sudamericana, una experiencia inolvidable para ambos. En los próximos días intentaré escribir unos comentarios finales de reflexión sobre lo que hemos visto y vidido durante los últimos cuatro meses.
Las fotos de Iguazú están aquí. Dentro de unos días espero poder subir también algunos vídeos. Disfrutenlas
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